La deserción y el bajo rendimiento académico son dos factores comunes en la Educación Superior en Ecuador. En carreras técnicas como ingeniería los índices de deserción representaron entre el 37% y el 67% en el 2018 (Meza et al., 2015; Ortiz et al., 2018; Verdesoto et al., 2018). Estos altos índices no solamente repercuten económicamente en el sistema educativo, como consecuencia de los costes hundidos de financiar una matrícula que no tiene éxito, sino que afectan directamente al empleo, a la economía y por supuesto, a las expectativas de los estudiantes y sus familias. Aunque hay estudios que analizan las posibles causas, según Verdesoto et al. (2018) el factor socioeconómico del estudiante es el principal motivo de abandono, seguido del factor educativo, que incluye la organización del trabajo académico y la pertinencia del currículo universitario. Otros estudios anteriores (Baquerizo et al., 2014) constataron que una deficiente relación con los docentes y la baja motivación de los estudiantes por la carrera que estudian son algunas causas de las altas tasas de fracaso. Este último factor se corrobora en un estudio realizado en la Universidad de Cuenca, donde se indica que la primera causa de deserción en el curso de nivelación fue precisamente a que la carrera de estudio no fue su primera opción (Bravo et al., 2017), lo que pone de relieve la importancia de la motivación de los estudiantes para continuar sus estudios universitarios. Por ello, todos estos factores generan una falta de motivación en los estudiantes, que posteriormente se refleja en sus desempeños académicos o rendimientos y éxitos.
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