Este análisis examina el efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania en el comercio internacional. El conflicto ha interrumpido las exportaciones, importaciones y las inversiones de ambos países, con repercusiones negativas para sus economías y para los mercados internacionales que dependen de sus recursos. Rusia, históricamente exportador energético, ha redirigido su comercio hacia China e India a raíz de las sanciones occidentales; mientras que Ucrania, un importante proveedor de cereales, sufrió un colapso inicial en sus exportaciones, pero empieza a mostrar señales de recuperación. La inversión extranjera directa ha disminuido considerablemente en ambos países, debido a la incertidumbre y las restricciones impuestas a nivel internacional. La crisis energética en Europa, ocasionada por la reducción del suministro de gas procedente de Rusia, ha incrementado los precios de la energía y ha impactado a sectores industriales vitales, apresurando la transición hacia fuentes de energía renovables y la diversificación de proveedores. La reestructuración de las rutas logísticas, con el crecimiento del Middle Corridor y el colapso del corredor que conecta China con Europa a través de Rusia, ha implicado mayores costes operativos y tiempos de entrega más largos, pero ha permitido a Europa y China disminuir su dependencia de Rusia. De cara al futuro, se anticipa que la diversificación energética, la cooperación internacional y la digitalización de procesos aduaneros serán fundamentales para fortalecer la resiliencia del comercio internacional ante nuevas crisis geopolíticas.
Excepto si se señala otra cosa, la licencia del ítem se describe como Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional