La inteligencia artificial ha surgido como un nuevo fenómeno revolucionario que se está incorporando en todos los ámbitos. Desde la medicina, hasta la educación, la implementación de la inteligencia artificial es una realidad que cada día se expande más. Pero al igual que se usa para el bien común, también puede ser usado por delincuentes para mejorar la eficacia y el rendimiento de ciertos delitos, al igual que abre la puerta a nuevos delitos. Sin embargo, este trabajo se centrará en su implementación en la criminología, tanto en el ámbito policial como en el judicial, la cual destaca en la predicción de delitos. Aunque su regulación es bastante escasa, hay algunas guías éticas sobre su uso para reducir los problemas legales con las futuras leyes. Se estudiará el caso de State v. Loomis, en el cual uso como herramienta de apoyo una evaluación de una IA para la toma de decisiones. La conclusión que sacamos después de estudiar el caso es que el mayor desafío que conlleva el uso de inteligencia artificial en sentencias es la propia transparencia de ésta, que deja en un estado de indefensión al acusado al no saber cómo se ha llegado a ese resultado.
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