Antecedentes: La supervivencia del ictus ha incrementado en el tiempo, sin embargo, sus secuelas perduran e incrementan, no solo en los convalecientes, sino también en el entorno socioeconómico y sanitario. Por ello, se presenta una propuesta de programa de intervención con la figura del neuropsicólogo con la intención de mejorar e incrementar la posibilidad de los pacientes en la recuperación de su autonomía personal y reintegración a la vida productiva.
Métodos: Se llevará a cabo un ensayo clínico controlado aleatorizado (ECA) por 6 meses, con 60 pacientes entre los 25 y los 50 años que hayan superado la fase aguda del ictus. Se contará con el cegamiento de los evaluadores externos y la aleatorización de los participantes dentro de tres grupos experimentales de intervención. Los grupos serán divididos entre 3 subgrupos de sintomatologías: Afasias, Amnesias y Síndrome disejecutivo. Los participantes podrán pertenecer a más de un grupo de tratamiento, siempre preservando la homogeneidad en cuanto al sexo y la edad. Se tomarán medidas intrasujeto con evaluaciones pre test, post test y se llevará control de los porcentajes de las resoluciones de discapacidad y los rangos de dependencia a través de dos seguimientos. Las pruebas que se utilizarán son: Test de Barcelona Abreviado (TB-A) y la Escala de inteligencia de Wechsler para adultos-IV (WAIS-IV), específicamente la Prueba de Vocabulario, Escala de memoria de Wechsler-IV (WMS-IV), Inventario Neuropsiquiátrico (NPI), Test de Boston para la Evaluación de la Afasia y el ABAS-II. Sistema de Evaluación de la Conducta Adaptativa.
Conclusión: Se espera que la integración del neuropsicólogo en las Unidades de Ictus contribuya a la mejora significativa de los pacientes en la recuperación de su autonomía personal y alivianar las consecuencias a largo plazo en la inversión del coste sanitario por discapacidad.
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