El cáncer de pulmón es una de las principales causas de mortalidad oncológica mundial debido principalmente a su diagnóstico tardío y alta agresividad. Existen dos tipos principales: el carcinoma de células no pequeñas, más frecuente, y el de células pequeñas, más agresivo. Sus principales factores de riesgo incluyen el tabaquismo, los factores genéticos y la exposición a carcinógenos como el radón, asbesto, y contaminación ambiental. La biología del CP implica alteraciones moleculares y genéticas (EGFR, KRAS, ALK, entre otros) y un microambiente tumoral que favorece la inmunosupresión y la metástasis. El diagnóstico combina imagenología avanzada (TC, PET-TC, RM), técnicas invasivas (broncoscopia, biopsia líquida) e identificación de biomarcadores moleculares. La clasificación TNM permite estadificar la enfermedad y definir estrategias terapéuticas. Los tratamientos actuales incluyen cirugía en estadios iniciales, radioterapia, quimioterapia con dobletes de platino, terapias inmunológicas y terapias dirigidas contra mutaciones específicas. La inmunoterapia ha revolucionado el manejo del CP avanzado, y la medicina personalizada permite adaptar tratamientos según perfiles moleculares del tumor. Los retos actuales incluyen la resistencia terapéutica, la detección precoz, el abordaje del microambiente tumoral y la mejora en la calidad de vida del paciente.
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