El tabaco supone uno de los factores de riesgo más comunes para el desarrollo
del cáncer. Aunque ha estado presente durante la mayor parte de la historia de
la humanidad, en las últimas décadas ha habido un aumento en su innovación.
Los cigarrillos electrónicos sustituyen la hoja de tabaco por vapor de agua y
otros componentes químicos, entre los cuales se encuentra la nicotina. Su fácil
adquisición, la viralidad en redes sociales, y la falsa sensación de que son más
sanos que el tabaco, crean una mezcla peligrosa, ya que no se saben todavía con
certeza sus efectos sobre la salud a corto y largo plazo.
Los componentes del líquido usado, que después se inhala en forma de aerosol,
contiene elementos como propilenglicol y/o glicerina vegetal, estabilizadores,
saborizantes y nicotina que resultan tóxicos para las células. Otros estudios han
indicado la presencia de metales pesados procedentes del cigarrillo electrónico
en el aerosol inhalado, aumentando los efectos perjudiciales en la salud.
En esta revisión bibliográfica se describen los daños que diversos estudios han
indicado con respecto a los cigarrillos electrónicos.
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